Reflexiones de Picasso Perro Pastor al inicio de la pandemia.
Llevo días oliendo orines de los perros del barrio. Pipis que huelen a alarma, a alerta, pero como no puedo acercarme a ningún perro no puedo obtener más información de sus traseros. Algo está pasando. Miro a mi amita y ella me devuelve la mirada, y me sonríe, pero detrás de esa sonrisa hay preocupación. Lo sé porque llevo más de de 100.000 años observando al ser humano y a estas alturas ya no se me escapa nada de su lenguaje corporal.
Muchas cosas están cambiando, ¿lo habéis notado?
Antes pasábamos solos en casa las horas de trabajo de nuestros papis y mamis, ahora de repente está la familia entera en casa todo el día (no me malinterpretéis, me encanta, pero aquí hay gato encerrado, que lo se yo).
Antes me costaba un poco sacar de casa a mi amita cuando no tenía ganas, ahora cada vez que salimos a la calle es un ¡yupi! Lo que más me está costando entender es por qué no nos acercamos a nadie, ¡ni a perros ni a humanos! Esto me tiene totalmente desconcertado, ¿vosotros os sentís igual?
Yo me pregunto… si está toda la población igual, y no es solo mi amita a quien se le ha ido la chota, ¿qué podemos hacer nosotros, los perros, en esta situación?
🐶🐾

En una situación tan atípica como ésta, yo, como perro, haré lo que mejor se hacer: COMPAÑÍA. Noto la incertidumbre de Paula y me tumbo a su lado, noto su apatía y le hago monerías, siento su cariño cuando me mira y dejo que me acaricie, eso nos une y nos alegra a ambos. A veces se pierde entre las redes sociales y pongo mi cabeza sobre el móvil, impidiendo que vea la pantalla, no lo mires a él, mírame a mí, juega conmigo.
Los perros formamos parte de esta sociedad y nos consideramos esenciales para aquellos que nos aman. Por eso he decidido, junto con mi amita, que donaremos las revistas de Cave Canem que teníamos en depósito para los enfermos del COVID-19. Para aquellos que están en aislamiento, para amenizar el tiempo a los ancianos de las residencias y para cualquier persona que se sienta sola y esté pasando la enfermedad en el hospital. Esperamos sacarles una sonrisa en medio de esta extraña situación.



No tenemos el poder de cambiar esta situación, pero sí hacérosla más soportable. Seremos vuestros cimientos mientras el mundo se tambalea. ¡Nosotros, los perr@s, seremos vuestro oasis de calma y tranquilidad!
Deseo que tanto tú, como tu manada, estéis bien, sanos y salvos. Sin más, me despido con un fuerte



Fd: Picasso Perro Pastor, director de la revista Cave Canem
Traducción del guau al castellano por Paula.