texto por Barry,
el Gran San Bernardo.
«He tenido muchos nombres: Perro de los Alpes, Perro de montaña, Spaniel alpino, Perro del monasterio… pero sin duda, el que más me gusta es el del Perro buen samaritano. Soy descendiente de los antiguos molosos asiáticos y me enorgullezco de haber salvado la vida a 40 personas. Sin embargo, la número 41 me confundió con un oso y me hirió con su bayoneta. No le guardo rencor porque yo también me habría confundido con un Super Oso puesto que medía 64 cm de alto y pesaba 45 kg. Dos años más tarde, mi muerte fue todo un acontecimiento: se narraron historias sobre mis hazañas, se puso mi nombre a los perros del hospicio que nacieron después de mi y erigieron un monumento en mí honor en el cementerio de perros de París.

El paso del Gran San Bernardo a 2.473 mt. de altura
Me crie en el Hospicio del Gran San Bernardo, un albergue fundado por los monjes agustinos en el s. X para asistir a los viajeros que cruzaban este peligroso camino. Mis predecesores fueron antiguos perros de guerra molosos que los romanos abandonaron en esos parajes y rondaban salvajes por aquella zona. Los monjes los acogieron y ellos, agradecidos, hicieron de perros guardianes. Éramos fornidos, con una cabeza pesadota, cola larga y tupida, pero todavía no alcanzábamos la enormidad de los perros actuales de esta raza que pueden pesar más de 100 kg.
En el siglo XVIII, los monjes descubrieron nuestras habilidades para el rescate y la localización de viajeros perdidos entre la nieve debido a nuestro gran olfato y GPS interno. Entonces comenzaron a criar más perros como yo, cruzándonos con otros perros más grandes y de un pelaje más denso para protegernos de los helados vientos de las montañas.
Yo nací en 1800 y fui todo un rescatador. Mi nombre humano fue Barry, no se sabe si me lo pusieron del inglés barrel (tonel), bear (oso) o del alemán bär (oso). En cuanto aprendí el oficio vigilaba, con y sin mi guía, los alrededores. Me fascinaba el hecho de encontrar a algún viajero en apuros y guiarlo hasta el hospicio, ¡menudo subidón! Y así salvé a 1 persona, 2, 3 y hasta 40 en mis años de servicio.
He aquí una imagen que resume perfectamente lo que fue mi vida en los Alpes suizos, en pleno movimiento de las tropas de Napoleón por el paso del Gran San Bernardo. El pintor no me conoció como perro, pero bien podría identificarme con el perro de la escena que mira al monje. Esta pintura me trae muy buenos recuerdos.»



San Bernardos al rescate
San Bernardos al rescate, antes de 1913. Óleo sobre tela, 81 x 66,5 cm John Emms
La obra de John Emms recrea una escena de la historia del origen de la raza San Bernardo, criados por los monjes del hospicio del Gran San Bernardo. El artista inglés era un gran conocedor de la anatomía de los perros y destacó en su época por la representación naturalista que hacía de ellos. Sus pinturas llamaron la atención de las clases altas, quienes le encargaban pintar a sus perros en escenas tomadas de la vida cotidiana.
En esta pintura se resumen tanto el estilo del artista como el sentir de la época. Se presta atención a los temas que reflejan una realidad concreta, pero con algunas concesiones al romanticismo que dejaban atrás. Ya no se busca una exaltación idealizada de la naturaleza, sino que se apoya en ella para acompañar el sentimiento de la escena.
En el romanticismo se habría puesto esta misma escena en un entorno enorme, inabarcable y confundida entre la ventisca de una naturaleza descontrolada. Una lucha de los elementos contra la minúscula existencia del ser humano. A mediados del XIX, se prefieren escenas centradas en algún hecho concreto que le diera sentido a la existencia humana en medio de la naturaleza.



La composición del cuadro está dividida por una diagonal que separa los marrones-rojizos de los blancos, que son también los colores destacados de la raza de Barry. Las pinceladas que retratan a los perros son sueltas, hechas con un movimiento fresco y dinámico lo que le aporta gran expresividad y realismo al retrato de los dos perros; en contraste con las pinceladas largas que modelan el manto del monje.
MIAU
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Ambos estamos sobre un podio y rodeados de flores, ¡qué lugar tan bello para descansar!
Actualmente soy el embajador de Suiza, pero mi humilde figura representa más bien a todos los Barrys que ayudaron en tareas de rescate en esa zona. En mi epitafio pone: salvó la vida de 40 personas. Fue muerto por la 41. Sinceramente, hubiera preferido obviar el final de esa frase, pero a los humanos les gusta tanto las historias dramáticas…»
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16 comentarios
Si seremos burros los humanos.
Desde luego… y los burros a veces, más sensibles 🙄
En la soledad es mejor aullar que ladrar Es mas dreccional. Por eso AU AU AUUUUUUUUUUUUUUUUUUUUUUUUUU
Picasso Perro Pastor te contesta… AUUUUUUUUUUUUU!!
Un enorme GUUUUAAAAUUU en memoria de Barry.
Me uno a tu GUUUUUUUAAAAAAUUUUUUUUUUU!!!!
Picasso Perro Pastor
Entiendo que no murió por la herida de la bayoneta, sino dos años después ya de viejo.
Exacto, murió de anciano, con los mejores cuidados y durante sus últimos años ayudó a difundir la labor que hacían los monjes en la montaña de ayuda y asistencia a los viajeros. ¡Todo un crack este Barry!
No sabía esta historia, me emociono..
Gracias por darla a conocer !!!!
A ti Noemi por dedicarnos un tiempo valioso a leer nuestras historias caninas!
Una historia interesante y conmovedora, por la devoción de este hermoso y gran perro, y porque gracias a su decisión y coraje muchos encontraron la salvación, además, un repaso excelente por cómo fue retratado en el arte y cómo encontró también un digno reconocimiento y homenaje en la escultura que lo representa en Paris, gracias por este excelente y emotivo contenido, seguiré muy atento a todo lo que venga, felicitaciones por su gran trabajo!
Muchas gracias Carlos, me alegra mucho de que te gusten estas historias caninas. A mi no dejan de sorprenderme estas historias que narran la inteligencia, la valentía y la devoción de los perros que se esfuerzan por estar a nuestro lado con la mejor actitud posible. ¡Y suerte la nuestra de que quieran estar con nosotros!
Saludos míos y de Picasso Perro Pastor
Bello rescate de la historia de Barry,…Muchas gracias por sus esfuerzos de enaltecer a tan adorables acompañantes de nuestra vida.
Saludos desde Chile,
MaestroLobo
Son muchas las historias que me encuentro de perros tan fantásticos como Barry y me encanta dar a conocer sus historias. Saludos recibidos y enviados de vuelta desde España!
Que historia tan interesante y a la vez tan tierna. Otra vez me vuelve a asombrar la capacidad que tienen los peludos de ayudarnos. Muchas gracias a Cave Canem por descubrirnos temas tan interesantes.
Gracias Amelia, me alegro de que te gusten los temas que elegimos!