Orígenes del Perro pastor Blanco Suizo

Los orígenes de mi raza son un tanto confusos debido a que fuimos excluidos del estándar del Pastor Alemán- mi país de origen,– al ser considerados albinos por nuestro pelaje blanco ya que pensaron que degenerábamos la Raza. 🙄🤷‍♀️ Sin embargo nuestro pelo blanco se debe a la genética y no a una falta de melanina. Existimos como perros pastores en el norte de Alemania mucho antes de la aparición del estándar alemán. Los pastores nos apreciaban especialmente por ­diferenciarnos mejor de otros predadores en la oscuridad debido a nuestro manto de pelo blanco.

Max von Stephanitz

En 1899, el capitán de caballería Max von Stephanitz compró al primer ejemplar registrado como Pastor Alemán llamado Hektor. Uno de los abuelos de Hektor, Greif, fue un pastor blanco. Por ello el ejemplar del capitán Stephanitz transmitió a su descendencia los genes para el pelaje blanco (aún cuando él no fuese blanco).

En la imagen, de arriba abajo, aparece Greif, el abuelo de Hektor. Hektor en el centro y abajo Berno, uno de los descendientes de Greif.

Apreciados por nuestro temperamento ­sereno, amistoso y avispado, algunos ­enamorados de nuestras virtudes emigraron con nosotros a EEUU y Canadá, donde se nos crió como raza independiente. En 1967, después de la II Guerra Mundial, la criadora norteamericana Ágata Burch migró a Europa con un pastor blanco llamado Lobo y lo registró en Suiza con un impecable libro de orígenes con ocho pedigríes.

De este periplo surgen mis mogollones de nombres: pastor blanco, pastor ­alemán blanco, pastor canadiense, pastor ­americano… hasta que en 2003 La FCI (­Federación Cinológica Internacional) -quien mueve el cotarro de las razas-, nos aceptó oficialmente como raza independiente con el nombre de Pastor Blanco Suizo, incluyéndonos en el grupo 1/sección 1 (perros de pastor y perros boyeros), nº de estándar 347.

PARECIDOS PERO DIFERENTES

Características de la raza

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Los perros pastores suizos tenemos un pelaje de doble manto, denso y de tamaño medio o largo. Tenemos una primera capa más densa y abundante y otra más lisa y áspera. Esta característica nos protege del frío intenso, la lluvia y el sol. Somos una raza robusta y musculosa pero nos diferenciamos del pastor alemán porque tenemos una cabeza más pequeña y un pecho más estrecho. Nuestra cabeza es fina y bien proporcionada con el resto del cuerpo. Nuestra trufa es negra al igual que los labios, y los ojos son almendrados : de color marrón pardo o rojizo. Tenemos grandes orejas triangulares y erguidas que nos dan una apariencia de lobo (algunos enamorados nos sacan parecidos con los lobos huargo de Juego de Tronos). Nuestro temperamento es sereno y vigilante. También estamos muy espabilaos para entender las órdenes de búsqueda, rescate y pastoreo.

Picasso, Perro Pastor Suizo

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No soy un perro de estricto pedigree-aunque tampoco me importa-, y tengo algunas características personales que no entran en el estándar: tengo un ligero tono canela que recorre toda la superficie del lomo y un poquito en la punta de la cola y las orejitas. Mi cola sí tiene forma de sable pero a diferencia de los de mi raza siempre-siempre la llevo levantada lo que me da un plus en elegancia.

En casa soy tranquilo pero necesito buenas dosis de ejercicio y juego durante el día además de tiempo de calidad con mi Amita. Me encanta estar en manada; tanto perruna como humana y adoro la espontaneidad de los niños. Me siento atraído hacia ellos como una polilla hacia la luz y no hay nada que me haga más feliz que el nene me corresponda 🥰 Otras veces busco mi espacio de relax en algún lugar fresquito de la casa, -he ido variando en cuanto a mis preferencias: al principio me tumbaba entre la taza y la pila del baño en una pose un poco forzada que hacía reír a mi Amita, pero luego se me quedó pequeño y busqué otro lugar junto al congelador (me da un fresquito muy bueno) -.

He conocido a pocos ejemplares de mi raza pero son algo miedosos y reservados. A mí me encanta jugar en el agua yendo detrás de La Amada Pelota ¡Oh Pelota, Diosa de la Distracción! (de hecho, le he dedicado una oda a la pelota que podéis leer aquí). Los entendidos también dicen que soy muy “comunicativo” (vamos, que doy por saco cuando tengo ganas de marcha – oh, yeah!-)

Tengo algunos recuerdos olfativos de mi manada perruna: nací en un cobertizo mallorquín junto con cuatro hermanitos más y mi mami Alea (aunque su nombre completo es Alea iacta est). Vine a la península en avión junto con mi hermano Drako. El fue a Barcelona y yo a Valencia. Llegué agotadico pero tenía preparado un lugar confortable para descansar en mi nuevo hogar. Poco a poco fui conociendo a Paula, ella era mi primera humana y yo su primer compañero perruno.

Lo más curioso es que ella ya me quería incluso ¡antes de conocerme! Cuando la olí por primera vez sentí una oleada inmensa de cariño. Ella me ha cuidado y enseñado todo lo que se: “sienta”, “quieto”, “no se coge nada del suelo”, “la patita” (esta última causa furor y me la enseñó la tita Mery). Pero también a ser independiente y seguro de mí mismo.

Juntos hemos formado una manada con los perros del barrio y sus amos que no para de crecer y modificarse. Hemos hecho excursiones juntos: al río, a viveros, a la playa en verano, a la piscina de perros e incluso al territorio de Chula en Montanejos. El día que cumplí un añito lo celebramos juntos en el parque con una tarta perruna de salmón y quesito. ¡ÑAM! Nos la comimos como si no hubiera un mañana.

Y brindé: ¡por muchas aventuras más!