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Nkisi nkondi kozo
Figura Nkisi nkondi kozo, en forma de perro de dos cabezas, siglo XIX. 65 cm de alto. Cultura Kongo, África central.
Son figuras realizadas en madera o cerámica de la zona centro de África entre los siglos XVI y XIX por la cultura Kongo. Muchas de ellas se encuentran en museos europeos por el gran interés que despertaron en los círculos creativos donde se valoraba una vuelta a lo primitivo; a lo esencial del ser humano alejado de las convenciones de la sociedad europea de finales del XIX.
Durante el colonialismo, se exportaron a Europa máscaras, estatuillas y figuras de las culturas centroafricanas que despertaron interés en artistas como Picasso o Matisse, dando lugar al nacimiento del cubismo. Estas figuras eran traídas a Europa por soldados franceses de las colonias como “souvenires” y aparecían en mercadillos y tiendas de anticuarios como curiosidades.



Después de la primera guerra mundial, la estética africana se mezcló en la sociedad en forma de música, baile, diseños, temas y colores que ponían de manifiesto el vigor, la fuerza y la expresividad en contraposición a la decadente sociedad europea. Fue un soplo de aire fresco en la cultura. Etnólogos, sociólogos e historiadores del arte comenzaron a estudiar y clasificar los Nkisi para exhibirlos en los museos y dar a conocer la cultura africana a un público más grande.
Una figura como ésta no deja indiferente a nadie. ¿A qué se deben los clavos, cuchillas y esparto clavados en la figura? Si ésta fuera un ser vivo, desde luego le estarían infligiendo un tremendo dolor. Sin embargo, no se trata de vudú canino. La figura tiene un objetivo bien distinto dentro de los ritos de la cultura centroafricana. A estas figuras se les llama Nkisi Nkondi kozo cuanto tienen la forma de un perro de dos cabezas.



En diversas culturas y religiones antiguas, al perro se le asocian capacidades para mediar entre los vivos y los muertos. El perro Xólolt acompañaba al dios azteca Quetzacóal en su peregrinaje al infierno. Anubis hacía la misma función para los egipcios; y perros como Cerbero y Garm guardaban las puertas del inframundo griego y nórdico para que nadie cruzara el umbral sin permiso. Desde el punto de vista actual, esta capacidad de mediar de los perros con el otro mundo se ha perdido. Se han hecho más del mundo de los vivos que de los muertos.
Si no es una forma de vudú, ¿a qué santo vienen todos esos clavos y cuchillas insertadas en las figuras? Esta práctica trataba de violentar y molestar al poderoso espíritu que lo contenía. Estaban llenas de una mezcla de sustancias que le otorgaba la capacidad de albergar a un espíritu local, un ancestro o un fantasma. En un hueco del interior del cuerpo se guardaban distintos minerales, hongos, carbón, resinas, grano, nueces, garras de animales y hasta tierra del cementerio. Sin esta mezcla de sustancias mágicas el Nkisi nkondi solo era un recipiente vacío.



El objetivo de estas figuras era eminentemente práctico. Cada clavo o cuchillo incrustado era una petición personal al espíritu para defender a la comunidad de enfermedades, brujería y malhechores. También se le pedía éxito en la caza y el comercio. Si pensaban que una enfermedad acechaba a la comunidad o había un ladrón entre ellos, se provocaba al espíritu para que reaccionara y buscara al culpable. Si la petición era para frenar una enfermedad se le daba caza al espíritu que la provocaba y si la intención era descubrir a la persona culpable de un delito el Nkisi nikondi lo identificaría y castigaría.
NKISI hace referencia a un objeto que contiene un espíritu de poder. NKONDI es el nombre que se le da a este tipo de objetos más agresivos. KOZO es cuando tienen forma de perro.
Para activarlo y obligarlo a reaccionar, los adivinos de la comunidad provocaban al espíritu molestándolo: primero tiraban un poco de pólvora que explotaba delante suyo. Después se le clavaban clavos de metal para enfurecerlo y se recitaban invocaciones que detallaban el castigo. También se usaban otros materiales para facilitar la búsqueda como restos de los materiales robados. Si la función era la de capturar a un ladrón, se le podían enredar en las piernas redes de caza o añadir garras de ave.
Estas figuras podían tener varias formas, pero las que representan perros estaban asociadas a las mujeres. Las peticiones al Nkisi nkondi en este caso eran para castigar a las brujas que provocaban la infertilidad. Se las podía encontrar con forma de perro con dos cabezas o una cabeza con la cola enroscada y levantada. Tenían unas mandíbulas anchas, un hocico largo, colmillos afilados y una lengua que sobresale de la boca. Solían albergar un hueco en el torso cilíndrico y alargado para depositar la mezcla mágica de sustancias. Además, este espacio solía estar cubierto con un espejo para “ver” mejor en el más allá.
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4 comentarios
Increíble la historia, de la figura relacionado con el inframundo,,gracias
¿Verdad que sí, Gloria? A mi también me impresionó cuando la descubrí. Me parece fascinante cómo las culturas incluyen al perro en todos los ámbitos de su vida. La mayoría coinciden en que son almas protectoras y acompañantes de situaciones delicadas. 🐶💪
Vaya concepto.
¡Y que lo digas! Estos humanos siempre me sorprenden…🙄🐶🤭