En el artículo anterior hablamos de esta obra, pero,
¿quién la pintó?
Los galgos Charley y Jimmy en un espacio interior
John Frederick Herring, Sr
Óleo sobre tela, sin fecha
Colección privada.




John Frederick Herring, Sr
Se llamaba John Frederick Herring senior (su hijo, de mismo nombre, también fue pintor y se le denominó junior). Fue un artista británico que vivió entre 1795 y 1865. La forma en que desarrolló su vocación es bien curiosa. Durante siete años trabajó de cochero de carruajes y en sus ratos libres tomaba apuntes dibujando lo que tenía a su alrededor: caballos, carruajes, perros y animales de granja. Poco a poco, y con una observación detenida de estos animales, se convirtió en un experto en su anatomía.
Al principio no tuvo formación académica alguna, pero no le faltaba voluntad ni deseo de mejorar. Sus primeras obras fueron para decorar los salones de las posadas que visitaban. Las realizaba de memoria con ayuda de los apuntes tomados del natural. En esta obra podemos ver un caballo saltando y varios perros corriendo a su lado. Se deduce que es una escena de caza e imaginamos el movimiento que hay tras esta actividad, pero en el cuadro parece una imagen estática e incluso ficticia. Le faltaban conocimientos artísticos.



Con los años recibió cierta formación académica de varios pintores. Aprendió así una forma más natural y veraz de representar a los animales. De esta forma fue ganándose cierto renombre entre la nobleza y fue nombrado en 1845: “Pintor oficial de animales” y llegó a ser comisionado por la reina Victoria. Quizá no fue un pintor vanguardista, pero sabía al dedillo cómo plasmar en el lienzo la personalidad de cada animal.



Deportes reales
A partir de entonces se centró en los temas que apasionaban a la nobleza: carreras de caballos y la caza con perros. Ambos animales eran admirados por sus extraordinarias cualidades deportivas. Sus logros en estas actividades aumentaban el prestigio de los animales. Cuando un noble se sentía orgulloso de su perro o su caballo mandaba realizar un retrato para dejar constancia de las cualidades de su animal y conservar el recuerdo. En estos cuadros podemos ver la representación de un animal digno, noble, bello y experto corredor o cazador.
Los nobles no buscaban el retrato de “un perro” sino de “su perro”. Querían retratar las cualidades que lo hacían único. Eran para ellos “héroes privados” porque habían ganado tal o cual carrera, o porque habían cazado tal o cual presa en un día que recordaban con orgullo. Estos perros eran vistos como verdaderos atletas o cazadores experimentados.



A un perro le da igual que lo pinten, pero para su amo era un motivo de orgullo y recuerdo tener un cuadro suyo que reflejase quién era ese perro al que tanto admiraba. Además, quién sabe si retratando las cualidades de su fiel compañero, ellos mismos se reflejaban en esas virtudes: determinación, nobleza, tesón, fidelidad, amistad, saber estar…



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4 comentarios
bellísimas me encantaron esas pinturas.ciertamente también me gustaría tener una pintura de mis perritos
Buenas Eglee! Me alegro de que te gustasen 🙂 La verdad es que la representación de los animales en el arte es fascinante, cada artista utiliza sus medios para pintar a los animalitos y expresar así todo lo que siente por sus perros, que tanto nos dan. No te pierdas los siguientes artículos 🙋♀️🐶
Hermosas pinturas que nos muestran, de diferentes animales, en las que el pintor capta y representa sus expresiones y aspecto físico, de excelente manera! Gracias!
Hola Alicia, me alegro de que te guste nuestra selección de obras y de artistas que se sintieron tan atraídos por la especie canina como nosotras.
Gracias por tu comentario 🙂