Esta preciosa estatua de dos lebreles desprende tanta ternura que habría que premiar al artista por conseguir trasladar tan bien lo que sentía hacia estos dos perros. Lamentablemente solo podemos «premiar» su esfuerzo a través de la observación detenida de su obra puesto que pertenece al siglo II d. C. Es increíble cómo puede una emoción viajar en el tiempo con tanta calidez en una pieza fría de mármol, pero lo más sorprendente es que si identificamos dentro de nosotros el cariño que sentimos hacia nuestros perros podemos llegar a sentir lo mismo que el autor -desconocido- de esta obra.
Una escultura es completamente diferente de una pintura y tiene sus propios retos. El más obvio: que tiene 365º de puntos de vista. A ésto se le llama escultura de bulto redondo (a diferencia de la escultura que está adosada a algún sitio -altorrelieve o bajorrelieve- y elimina la visión “de la parte posterior”). Un escultor@ tiene que integrar todos los puntos de vista – aunque suele existir uno que es el principal-. La gracia está en que al rodearla te revela nuevos puntos de vista: es un reto para el artista y un gozo para el espectador.

Montaña del perro
Arte romano: Estatua de un par de perros
Posiblemente, siglo II d. C. Mármol. Altura 67 cm.
Museo Británico, Londres.
La escultura mide 67 cm de altura, un buen tamaño para poder observarlo detenidamente. Se encuentra en el Museo Británico de Londres, aunque los Museos Vaticanos tienen una prácticamente igual, pero con la cabeza del macho hacia abajo. Se descubrieron en el siglo XVIII en unas excavaciones al sureste de Roma, donde se encontraron multitud de esculturas de perro y el lugar de la excavación pasó a llamarse “Montaña del perro”. Afortunadamente he encontrado muchas fotografías de esta obra desde distintos puntos de vista. Lo ideal, sin embargo, sería ir a Londres y darle la vuelta nosotros mismos.
En un primer lugar estaría la visión frontal o principal en la que podemos ver dos perros tipo galgo en una actitud amistosa. Uno de ellos sujeta suavemente con su boca la oreja del otro y le pone una pata encima. El otro gira y alza la cabeza con tranquilidad. Podría significar una invitación al juego puesto que el acto de acicalarse entre perros no está muy desarrollado.

En esa época la fotografía estaba lejos de existir, ¿cómo hizo entonces el artista para representar a estos perros de una manera tan realista? ¿Os imagináis diciendo “quietos” a sus perros y que éstos se congelaran así durante hooooras? Imposible. Otro punto más a favor del artista por conseguir una talla anatómicamente perfecta de sus perros.
Me lo imagino observando a sus perros e intentando dibujarlos cuando están descansando y… ¡uno va y se mueve! Mecaguen*** -pensaría el artista-, ¿por qué se habrá rascado la oreja? Ahora ya no está en la misma posición de antes… otra vez un dibujo a medias 😓😒
El mármol es un material difícil de trabajar y requiere de mucho tiempo y delicadeza. Las esculturas en la antigüedad seguían un camino bastante desconocido de elaboración: primero se hacían estudios dibujados del modelo y luego se trasladaba lo aprehendido a una figura hecha con barro, un material barato, fácil de conseguir y extremadamente maleable: con el barro -o arcilla- se puede añadir, quitar, cambiar… lo que uno quiera. Cuando se tenía la forma deseada se dejaba secar y se endurecía. Es entonces cuando se cogía el bloque de mármol y se tallaba tomando medidas del modelo hecho en barro.

Si le damos la vuelta hacia la izquierda tenemos esta otra visión en la que descubrimos que: oh, el primer perro es un macho (el otro, aunque no lo veamos, es una hembra). Vemos toda la musculatura del pecho, el cuello largo y la cabeza erguida. El peso de la figura cae un poco, en curva, hacia la izquierda, creando más dinamismo que si estuviera recto. Detrás podemos ver la mitad del cuerpo del otro perro que sigue la misma forma y parece que estén muy juntos, como si fueran una pareja de amantes.

Si seguimos nuestro recorrido llegamos a la parte posterior de la escultura donde podemos comprender mejor la escena: la hembra parece querer llamar la atención del macho con sutileza. Desde aquí podemos ver la otra parte de la cara de la hembra y seguir admirando la perfecta precisión anatómica: estos perros parecen dos atléticos corredores de las olimpiadas.
MIAU
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¿Y qué nos aporta saber todos estos detalles después de darle la vuelta a la escultura completa?
Son datos que se traducen en sensaciones y esas sensaciones nos acercan más a la emoción que nos provoca la observación consciente de la escultura. Y esa emoción es la que nos acerca, primero a nosotros mismos (nos dice lo que sentimos hacia lo que estamos observando) y después: viaja en el tiempo y nos conecta con el corazón del mismísimo artista.
Podemos entender mucho de lo que sentimos por nuestros perros a través de las ojos de los mejores Artistas. Si quieres acompañarnos en este viaje puedes Pinchar aquí para Saber más.
14 comentarios
Preciosa escultura, a mi me hace imaginar a una madre con su hijo, ciertamente acicalandolo. Tenía a Penelope (dogo) que así limpiaba a Ciclon (cruce con mastín) aún siendo adultos ella lo engreia. Bellos
Hola Leonor, me alegro de que te gustase esta escultura tanto como a mi. Me gusta tu interpretación de la madre acicalando a su hijo, qué bonito. Y más si te ha recordado a Penélope y Ciclón, menudos perrazos debían ser 🤗🤩
Me encantan las fotos y el artículo
Aquí Picasso Perro Pastor al habla, ¡me alegro de que lo hayas disfrutado! 🙂
hola Mabel! me encantan tus artículos, te sigo siempre porque soy terpaeuta de flores de Bach, trato mascotas, y tus comentarios son excelente, los nombres de mis mascotas los sabes por facebook.?
Hola Elsa, gracias por leernos 🙂 ¿Puede que Cheche, Popis, Kuky sean los nombres de tus mascotas? Me alegro de que te guste este nuevo punto de vista sobre el vínculo que compartimos desde hace miles de años con el Perro.
Un saludo, Paula!
Muy interesante!!!
Gracias
A ti, Mabel, por dedicarnos un tiempo a leer nuestros artículos 🧡🐶🙋♀️
De verdad es una maravilla de escultura, por su impresionante realismo, por la perfección de las líneas y los detalles, por lo enigmático que resulta comprender cómo logró el artista captar y luego representar la belleza y la prolijidad en la forma y la dimensión de los cuerpos de estos hermosos animales, sin obviar la increíble sensación de transportarnos en el tiempo a un momento de ternura mágico, tal como los podemos vernos en nuestros propios perros, fantástico trabajo, propio de un genio de su época, gracias una vez más por sorprendernos y regalarnos estas hermosas sensaciones!
Hola Carlos! Me alegro de que hayas disfrutado de esta escultura con una observación más detenida de ella. La verdad es que es una de mis esculturas favoritas porque dice tanto de estos dos perros (y por extensión de todos los demás perros) y de cómo el artista nos ha trasladado a esa intimidad… Eso que tanto nos cuesta definir con palabras sobre lo que sentimos por ellos se ve clarísimo en esta escultura y eso me fascina. Ese es uno de los motivos por los que comencé este proyecto, por si observando y analizando las obras de arte puedo llegar a comprender mejor las dimensiones del vínculo con mi perro.
Preciosa escultura y magnifico articulo.
Gracias Ruth,es una de mis esculturas favoritas 🙂
Impresionante !!! como me gusta la interaccion q hace la autora entre el punto de vista artístico (mejor explicado imposible) y el cariño hacia las mascotas. Arte y sensibilidad. Quién da más .
Guau, guau, guau!! Me alegro de que disfrutes con nuestros artículos, en la parte del «cariño hacia las mascotas» estoy yo 😜🐺 Picasso Perro Pastor