Waldi fue la primera imagen utilizada como mascota en la historia de los juegos olímpicos. Servía para identificar el evento y destacarlo como un acontecimiento cultural y no sólo deportivo. Las mascotas olímpicas son generalmente animales o figuras antropomorfas que representan las cualidades del país de destino o los valores que se quieren compartir con el resto de continentes. En 1968 México y Grenoble ya utilizaron imágenes para destacar este acontecimiento pero no fue hasta las olimpiadas de Munich en 1972 que la figura de la mascota tomó verdadera relevancia en este acontecimiento.

Un diseño divertido
Waldi representa un perro Salchicha de pelo largo, una raza típica de la región de Baviera (de hecho, una de las hipótesis sobre el origen de esta raza es que eran originarios de Austria y después pasaron a Alemania con el nombre de Dachshund).
Fue diseñado por Otl Aicher: tiene la cabeza y la cola azul claro, su cuerpo está dividido en franjas amarillas, naranja y verdes, tres de los cinco colores olímpicos. Tuvo cierta controversia por dejar fuera el color negro (del continente africano) y rojo (américa). Después de Waldi vino el castor Amik, el oso Misha, el águila calva Sam, el tigre Hodori y el perro ovejero Cobi. Las mascotas posteriores a Barcelona 1992 son varios animales o mezclas de características del país anfitrión, no sólo animales sino también vegetales o mitológicas.